En un país futbolero como Argentina, “educar” a un hijo para ser hincha tiene tanta importancia como saber matemáticas. En ese sentido, Diego Córdoba es el “maestro” para Matheo y Thiago, sus hijos de 3 y 8 años, respectivamente.

Ir a la plaza Urquiza en representación de “Tafí Viejo de River” constituyó otra lección “millonaria”. “Matheo no entiende nada todavía”, explicó. Si capta o no algo del verdadero motivo por el que lo llevó su papá, no es muy importante, ya que al pequeño se lo ve feliz, sonriente. Como debe ser porque está como niño en una plaza: corriendo, pidiendo ir a los jueguitos o buscando algún señor que lleve un kiosco en bicicleta. “Thiago se está haciendo veneno de River”, afirmó con felicidad Córdoba porque el más grande aprende bien las lecciones. Su “maestro” no perdió ni un minuto. “La primera ropita de Thiago, el ‘Manto Sagrado’, como le digo yo, fue de River”, comentó.

El papá de los pequeños no tiene problemas en reconocer que es un hincha difícil al momento de ver los partidos. Por eso duda si Thiago lo acompañará en las súperfinales. “Él quiere ver el partido conmigo. Ya le expliqué que es único en el mundo porque se enfrentan en una final”, comentó. “Soy un tipo que no quiero perjudicar a los demás. Soy peor que ‘El Tano’ Pasman”, se comparó con el histriónico hincha que se hizo famoso por los gritos de frustración cuando River se fue a la B Nacional.